El duelo es algo que todos vivimos en algún momento. No importa qué tipo de pérdida estemos atravesando, el dolor y la tristeza se sienten de manera profunda. Sin embargo, hay algo que solemos hacer que agrava aún más ese dolor: ser duros con nosotros mismos.

Cuando hablamos de duelo, muchas personas lo imaginan como un estado oscuro del que hay que salir rápido, algo que se debe "superar" cuanto antes, casi como si fuera un error del sistema emocional. Pero el duelo no es una falla, ni una debilidad, y mucho menos una enfermedad.