En Duelo Te Necesitas, No Seas Duro Contigo.
- Paola Renero
- 21 abr
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 25 abr
El duelo es algo que todos vivimos en algún momento. No importa qué tipo de pérdida estemos atravesando, el dolor y la tristeza se sienten de manera profunda. Sin embargo, hay algo que solemos hacer que agrava aún más ese dolor: ser duros con nosotros mismos.
En lugar de darnos espacio para sentir y procesar nuestras emociones, muchas veces nos convertimos en nuestro peor juez. Nos decimos cosas como "Debería estar más fuerte", "Ya debería haberlo superado" o "No puedo seguir llorando". Pero, ¿qué pasaría si en lugar de juzgarnos, nos diéramos permiso para ser humanos? En el duelo, necesitamos ser amables con nosotros mismos.
La Autocompasión: Ser Amables con Nosotros Mismos Cuando Más Lo Necesitamos
La autocompasión es simplemente ser amable contigo mismo cuando más lo necesitas. Es darte el permiso de sentir sin juicio, sin prisas, sin exigencias. Cuando estamos en duelo, es fácil caer en la trampa del perfeccionismo emocional: pensar que debemos “superar” la pérdida rápidamente, o que el dolor no tiene lugar en nuestra vida por mucho tiempo.
Pero la verdad es que el duelo no se trata de "superarlo". No es una carrera, ni algo que debamos esconder o minimizar. El duelo es una experiencia profundamente personal y cada quien lo vive a su propio ritmo. La autocompasión es el puente que nos permite sentir y sanar sin ponerle fecha de caducidad a nuestro dolor.
Deja al Juez Fuera: Ya No Más “Deberías” en el Duelo
El juez interno, esa voz crítica que se despierta cuando estamos más vulnerables, a menudo dice cosas hirientes: "Ya basta de llorar", "No puedes seguir así por mucho tiempo", "Tienes que ser fuerte para los demás". Pero, ¿qué pasaría si, en lugar de escuchar esa voz, le decimos: "Está bien sentir lo que siento"? El duelo no necesita juicio, necesita espacio, comprensión y amor.
Ser autocrítico en el duelo solo nos aleja de lo que realmente necesitamos: validación, comprensión y tiempo. La autocrítica puede ser un obstáculo que nos impide procesar el dolor de manera saludable. Cuando nos exigimos “estar mejor” de inmediato, negamos una parte esencial del proceso: la aceptación de que estamos viviendo una pérdida y que eso requiere tiempo.
Autocompasión No Es Lástima, Es Cuidado y Comprensión
Es crucial entender que la autocompasión no se trata de sentir lástima por uno mismo. La lástima es una forma de distanciarse del sufrimiento, es una posición inactiva frente la adversidad, ¡pobre de mí!, con todo lo que a mí me pasa..., de vernos como víctimas de una situación.
En cambio, la autocompasión implica aceptar nuestra humanidad, y los humanos dolemos, los más fuertes y los más grandes, niños o adultos, santos y villanos, es abrazar y reconocer el dolor sin juicio y ofrecerse comprensión y cuidado.
La autocompasión no es un acto de debilidad. Es una forma de fortaleza emocional que nos permite atravesar el duelo de manera auténtica. Cuando practicamos la autocompasión, nos damos permiso para ser vulnerables y humanos, y eso es lo que realmente necesitamos para sanar.
Pasos para Ser Más Amables Contigo Mismo en el Duelo
Si te cuesta ser amable contigo mismo durante el duelo, aquí te dejo algunas ideas para empezar:
Permítete Sentir Todo Lo Que Sientes No te obligues a “superarlo”. El duelo es un proceso universal, necesario y variable. Permítete sentir tristeza, rabia, miedo, y hasta frustración. Todas esas emociones son parte de tu sanación y muchas de ellas ni siquiera las habías conocido.
Habla Contigo Mismo Como Hablarías Con Un Amigo Querido Cuando afrontas una pérdida, es fácil caer en la autocrítica. Pero, ¿qué le dirías a un amigo que estuviera pasando por lo mismo? Te ofrecerías comprensión,
paciencia y apoyo, espero que así lo hagas. Si es así, haz lo mismo contigo, y si no lo haces del todo, es importante, aprender hacerlo para tus amigos y para ti también.
Date Permiso Para No Estar Bien No tienes que estar bien todo el tiempo. Es normal tener días desordenados, intensos, incluso sin ganas o sin sentido, en los que el dolor te abrume. En esos momentos, en lugar de juzgarte, regálate el espacio de sentir sin prisas, sin culpas.
Crea Espacios de Cuidado Personal El autocuidado no es un lujo, es una necesidad. Tomarte un tiempo para ti, ya sea leyendo, meditando, caminando o simplemente descansando, es una forma de ser amable contigo mismo en medio de tanto dolor.
Beneficios de la Autocompasión: Ponte pantuflas a tu Camino
La autocompasión no solo hace que el proceso de duelo sea más soportable, sino que también asegura nuestra sanación. Cuando somos amables con nosotros mismos, permitimos que el dolor se exprese de una manera sana, sin reprimirlo ni ignorarlo. Al darnos espacio para sentir, abrimos la puerta a la integración de la pérdida, a la transformación que viene con ella.
Al practicar la autocompasión, reducimos el estrés y la ansiedad, aumentamos nuestra resiliencia emocional y, lo más importante, creamos un ambiente interno de paz. Es en ese ambiente donde el corazón y la mente pueden sanar.
¿Cómo Practicar la Autocompasión a Diario? Algunos Consejos Prácticos
Háblate al espejo desde Autocompasión: Tómate unos minutos para hablarte a ti mismo, reconociendo tu dolor y ofreciéndote consuelo y valor, no desde el "tienes que ser fuerte", del valor (valioso) que eres frente al dolor y la vida. Dite que lo estás haciendo lo mejor que puedes, que no hay prisa.
Haz Pausas para Respirar: Practica mindfulness o simplemente haz una pausa para respirar profundamente. Este acto consciente te ayudará a estar presente y aceptar lo que sientes sin juicio.
Dedica Tiempo a Pequeños Placeres: Haz algo que te guste, que te haga sentir bien. No tienes que hacer algo grande, basta con un pequeño gesto de amor hacia ti mismo.
Conclusión: Sin Juicios, Solo Espacio para Sanar
El duelo es un proceso humano que, aunque profundamente doloroso, también tiene la capacidad de transformarnos. En lugar de ser duros con nosotros mismos, podemos abrazarlo con amabilidad, sin exigencias ni presiones. La autocompasión es una forma de honrar nuestro dolor, de permitirnos ser humanos, de sentir sin juicio y, sobre todo, de seguir adelante con un corazón más sabio.
Si hoy sientes que el dolor te está ahogando, te invito a recordar algo muy simple: está bien, no estar bien. No necesitas “superarlo”, solo necesitas sentirlo y vivirlo a tu propio ritmo. Es necesario parar para reparar.
Comments